terça-feira, 19 de janeiro de 2010

El Affair del Fotógrafo

Una vez, en la esquina de Independencia con Defensa, encontré un fotógrafo. Fue él que me contó los secretos de Buenos Aires. El me dijo dos cosas que nunca me olvidé: la primera es que la ciudad tenía un deseo secreto de ser en blanco y negro. La segunda es que existía un lugar perdido, un pedazo olvidado de Buenos Aires, adonde iban todos aquellos con sus esperanzas rotas y corazones dilacerados.

Intrigado, decidí buscar alguna pista del lugar en sus fotografías. Fue cuando entre carcasas de viejos barcos abandonados, avisté un imponente puente. Aquel lugar había sido obsesivamente fotografiado por él en todas las horas del día de las cuatro estaciones. Aquel reflejo deforme del puente en el río era también un reflejo de su melancolía.

Pero el secreto más secreto del fotógrafo, él solo me contó mucho tiempo más tarde. Estaba ahí, en el Pasaje Giuffra, más exactamente en el teatro La Scala de San Telmo. Era para allá que todas las tardes se dirigía una bella actriz. Y él me contó de su expectativa en esperar el momento exacto en que ella cruzaba la vitrina de su tienda de cámaras antiguas. Y me contó que había se enamorado justo en el día en que ella utilizó el reflejo de su vitrina como espejo. Y ella ni soñaba que era observada allí, reflejada de punta cabeza en el despulido de una vieja cámara.

Y el fotógrafo también me dijo que por mucho tiempo le envió fotografías apasionadas de los lugares olvidados de Buenos Aires. Incluso de su lugar preferido, aquél con el puente melancólico. Ese curioso affair entre un fotógrafo y una actriz, ese placer en observar, esa ciudad en blanco y negro. Ahora, en Buenos Aires Affair, decidí contar los secretos que ese fotógrafo me reveló sobre su ciudad. Es así que nasce esa historia de amor, entre un fotógrafo, su musa y su ciudad.

Haroldo Borges, director de fotografía e codirector

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